miércoles, 29 de abril de 2015

Descartes en la actualidad.


Fenómenos 💡

Hoy en clase nuestra profesora nos preguntó qué era un fenómeno, algunos dijeron que ser un fenómeno es ser algo fuera de lo normal, como cuando para felicitarnos por haber ganado al fútbol nos dicen "¡WOW, VAYA FENÓMENO!" eso si tenemos en cuenta que sabemos jugar al fútbol, porque claramente en mí no se da el caso. Pero no, siento decirlo, pero para Hume un fenómeno es un poco más complicado, vale, mucho más complicado.

Para él un fenómeno es lo que aparece o se muestra, la realidad tal y como se nos presenta. Una teoría filosófica según la cual no es posible el conocimiento de algo distinto a nuestras propias percepciones. Hume creía que es la única postura filosófica razonable, aunque fuera contraria a las creencias naturales o de sentido común.

Claramente al leer esto no os habéis enterado de nada, sed sinceros, por lo que voy a intentar explicar con un ejemplo lo que para el ilustre Hume es un fenómeno.

Según el fenomenismo (teoría filosófica para la cual el conocimiento humano únicamente puede referirse a los fenómenos) cuando percibimos, lo que verdaderamente percibimos no es algo exterior a nuestra mente sino nuestras propias sensaciones, de este modo si percibo la mesa en la que estoy escribiendo, la mesa no es una parte de mi percepción (ya que la percepción es algo mental y la mesa un objeto físico exterior a mi mente), sino que lo que tengo en mi mente es un conjunto de sensaciones visuales variadas, pero no tengo en mi mente la mesa misma.

Gracias a Dios Hume reconocía que todas las personas corrientes y la mayor parte de filósofos consideran que existen objetos exteriores a la propia mente, que son la causa de nuestras percepciones.

Sin embargo, él segía diciendo que nos es imposible el conocimiento de la realidad tal y como pueda ser en sí misma, porque tenemos que aceptar que la realidad es más bien la suma o combinación de nuestras propias vivencias.

Pero, entonces... ¿Cómo podemos saber si existe la mesa en la que escribo y cuáles son sus rasgos? Para afirmar que mi percepción de la mesa describe algo verdaderamente exterior a mi propia mente debería poder comparar la realidad en sí misma con mi propia percepción, pero - como decía el simpatiquísimo Hume -"yo nunca puedo salir de mi propia mente para hacer dicha comparación".

Ante esta declaración yo solo puedo decir:

OLE, OLE y OLE.



Posdata: Se que todos os lo estáis preguntando, y sí, lo he entendido, llamadme loca pero creo (repito) c r e o, que lo entiendo.